Carta de los Reyes Magos para niños y mayores

Queridos niños (y no tan niños):


Somos Melchor, Gaspar y Baltasar. Un año más nos vamos a dado una vuelta por Arganda en cabalgata y repartiendo regalos. Pero hoy queremos hablaros de una cosa diferente a los regalos, es más, de aquello que da sentido a los regalos.

Hace muchos años, nosotros vivíamos en un país lejano, tan agustito en nuestro palacio, con calefacción, con comida, ropas de marca, tesoros. El caso es que siempre estábamos mirando al cielo para ver si encontrábamos a Dios. Pero Dios no terminaba de aparecer ni en el cielo ni en ningún sitio. Un día vimos una estrella fugaz y pensamos que era una señal de lo Alto. Nos pusimos en camino, dejamos todo (el palacio, la calefacción, la comida, las ropas de marca, los tesoros...), nos montamos en nuestros camellos y fuimos siguiendo la estrella hasta que se paró en la puerta de un establo. Y allí lo vimos: ¡Era un niño!, pequeño, llorón… junto a Él estaba su Madre, la Virgen María y había más gente: San José, los pastores, las ovejas, el buey y la mula. Aunque todo era muy pobre, allí había mucho amor.

Los pastores decían cosas maravillosas del Niño, mientras María y José le miraban. Nos dijeron que no era un niño cualquiera: era aquello que estábamos buscando desde hacía mucho tiempo: era Dios hecho hombre. No tuvimos más remedio que rascarnos el bolsillo y ofrecerle lo que llevábamos para pagarnos el viaje de vuelta (antes no se usaba mucho el dinero, sino que se hacía trueque). Le dejamos un poco de oro, porque de Él se decía que era Rey. También un poco de incienso, por ser Dios. Nos pareció poco, y le dejamos también mirra, que es un perfume muy oloroso, pero amargo, como amarga es a veces la vida de los hombres.

Volvimos a casa por otro camino y no miramos ya más al cielo y a las estrellas: ya habíamos visto a la estrella más hermosa, ya habíamos visto a Dios. Tampoco nos importaron las comodidades de palacio –es más, empezamos a repartirlas todas entre los pobres– porque comprendimos que lo importante es el amor.
Ahora, año tras año volvemos a recorrer nuestro camino para anunciar a todos que ese Niño es Dios y para anunciaros su amor.

Un saludo,
Melchor, Gaspar y Baltasar. 

Entradas populares de este blog

Vía Crucis para niños ( pintar)

CRISTO HA RESUCITADO para niños ( VÍA LUCIS)

Actividades Jueves Santo para niños