Día de la comunidad parroquial: "Para que sean uno"
El pasado día 16 de Junio tuvo lugar el viaje parroquial a la Ermita de San
Antonio, en Cercedilla, y al Monasterio de El Paular, en las inmediaciones de
la localidad de Rascafria. Con el lema “Para
que todos sean uno”, ya hacía tiempo que se estaba gestando entre los
miembros de nuestra parroquia la intención
y posibilidad de celebrar un día
dedicado a la unión de todas aquellas personas
que formamos parte de ella. Y se decidió que un viaje era la mejor
manera de hacerlo.
En efecto, cerca de
noventa personas, repartidos en dos autobuses con nutrida representación de
pequeños y mayores, así como de todas las edades, partimos hacia las nueve y
media de nuestra argandeña plaza de la
Constitución camino de Cercedilla. A la llegada, en las inmediaciones de la
Ermita perteneciente a aquella localidad
serrana (cuna de don Manuel nuestro párroco), realizamos varias
actividades para pasar la mañana. Hubo
una presentación de los diferentes grupos de nuestra parroquia; matrimonios,
jóvenes, vida ascendente, catequesis y muchos otros, con el fin de que todos
fueran conocidos y animar a formar parte de ellos a aquellas personas que no
tengan conocimiento de ellos. Posteriormente, organizados por algunos, jugamos a una gymkhana de juegos aptos para
todas las edades en las que mayores y pequeños pudieron demostrar sus
habilidades y conocimientos. Celebramos la Eucaristía, con especial recuerdo a
San Antonio y al Sagrado corazón de María, y acto seguido comimos todos juntos
en aquel paraje, a la sombra de varios robles y fresnos.
Ya por la tarde partimos
al monasterio del El Paular, donde pudimos disfrutar del arte guardado a través
de los siglos por aquella primigenia comunidad de cartujos, comunidad actualmente
reemplazada por benedictinos. Tras ver
sus salas y una exposición de cuadros de Vicente Carducho (Florencia
1576 - Madrid 1638), todos pudimos disfrutar en los parajes del lugar de un poquito
de tiempo libre, en la que niños y mayores visitamos el fabuloso Puente del Perdón
y las inmediaciones del monasterio. Sobre las siete y media de la tarde el
autobús partía nuevo hacia Arganda,
contentos por haber disfrutado d esta unidad parroquial, y, si Dios quiere, la
intención de volver a repetirla al año que viene.