HAY QUE INTERPRETAR LAS SAGRADAS ESCRITURAS SEGÚN SU NATURALEZA
Uno de los libros en los que Ratzinger colaboró con un artículo sobre la interpretación de la Biblia |
Desde que era teólogo y después como
responsable de la Congregación para la doctrina de la fe, a Joseph Ratzinger (actual
papa Benedicto XVI) le ha preocupado mucho la correcta interpretación de la
Sagrada Escritura. Para él, como para el Concilio Vatciano II, la Escritura es
el centro y alma de la teología.
En su obra Jesús de Nazaret, sobre todo
en la introducción al primer tomo, avisa sobre el error de hacer un mero
acercamiento histórico–crítico a la Biblia, necesario per insuficiente para la
fe. Propone leerla como un conjunto de libros, en el interior de los cuales
encontramos los criterios para comprenderlos bien. Esta forma de lectura se
complementa con la máxima del Concilio: “La
sagrada Escritura debe ser
leída e interpretada con aquel mismo
Espíritu con que fue escrita”.
Tiene que ser leída con fe y con la ayuda del resto de la Tradición de la
Iglesia.
En los días pasados el Papa Benedicto
XVI ha enviado un mensaje a la Pontificia Comisión Bíblica, cuyo resumen ha
publicado Zenit.org y que nosotros reproducimos a continuación.
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«CIUDAD
DEL VATICANO, viernes 20 abril 2012 (ZENIT.org).- Con motivo de la Asamblea
Plenaria anual de la Comisión Pontificia Bíblica, iniciada el 16 de abril y
clausurada este viernes, en la Domus Sanctae Martae, en
El Vaticano, el papa Benedicto XVI ha enviado un mensaje a los cardenales
William Levada y Prosper Grech, respectivamente presidente y secretario, y a
todos los miembros de la misma Comisión.
El
tema tratado este año, "Inspiración y Verdad de la Biblia", ha sido
definido por el papa como "fundamental para una correcta hermenéutica del
mensaje bíblico". Siendo el tema de la inspiración "decisivo para el
adecuado acercamiento a las Sagradas escrituras", la "proveniencia de
Dios" de estas últimas sigue siendo su "más importante y valiosa
característica", observa el santo padre.
El
pontífice cita un pasaje de su exhortación postsinodal Verbum
Domini, en la que afirmaba que "los padres sinodales pusieron
de relieve que al tema de la inspiración está conectado también el tema de la
verdad de las Escrituras. Por esto, una profundización de la dinámica de la
inspiración llevará indudablemente también a una mayor comprensión de la verdad
contenida en los libros sagrados" (n° 19).
Sin
embargo, la Palabra de Dios "no queda reducida a lo escrito sino que
también después de la muerte del último apóstol sigue "siendo anunciada e
interpretada por la viva Tradición de la Iglesia". Por este motivo, la
Palabra no queda como "un depósito inerte dentro de la Iglesia sino que se
hace regla suprema de su fe y potencia de vida".
La
Tradición que tiene origen en los apóstoles --añade el papa- progresa con la
asistencia del Espíritu Santo y crece con la reflexión y el estudio de los
creyentes, con la experiencia personal de vida espiritual y la predicación de
los obispos" (cfr. Dei
Verbum, 8.21).
Además,
los textos bíblicos hay que "interpretarlos según su naturaleza":
esto es "esencial y fundamental para la vida y la misión de la
Iglesia". De aquí la exhortación del santo padre a la Comisión Pontificia
Bíblica a empeñarse en esta dirección, ofreciendo "su específica y
cualificada contribución a esta necesaria profundización"» (http://www.zenit.org/article-42013?l=spanish).