Evangelización en la ermita de la Soledad a cargo del grupo diocesano de evangelización
SE PUSIERON EN CAMINO Y FUERON ANUNCIANDO LA BUENA NOTICIA
El sábado cuatro de febrero venían a visitarnos a la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad el grupo Kerygma, grupo diocesano de evangelización, cuyos comienzos se remontan a la Semana Santa del 2009, cuando sienten la llamada a salir por las calles a anunciar a Jesús Vivo y Resucitado.
Decidí ir a probar esta nueva experiencia que tenía ante mí. Lo primero que me encontré al entrar en la Ermita fue un camino de velas que me conducía hacia el altar, donde se encontraba expuesto el Santísimo y una imagen de la Virgen con el Niño Jesús en sus brazos. De fondo oía canciones que llamaban a la oración. A continuación comenzamos a rezar el rosario.
Después, una joven del grupo de evangelización nos contó algunas de sus experiencias recogidas en el tiempo que llevaba saliendo a la calle a evangelizar. Esta misión ya la realizaban los apóstoles y se lleva haciendo algún tiempo en Italia y en Francia.
"Salían de dos en dos, no llevaban talega, ni alforja, ni túnica de repuesto, por el frío de los caminos, arriesgándose a veces a ser apaleados. Nada les detiene: Jesús vivo en ellos les impulsa a darlo a conocer".
Unas personas del grupo Kerygma, y quien se sintiera llamado a ello, saldrían por la calle a hablar con quien quisiera escucharles. Intentarían convencerlas para que pasaran a la iglesia a hablar con el Señor, y le escribieran en un papel un deseo y a la vez le dieran gracias. Es cierto que algunas personas no se pararon, cambiaban de acera o ignoraban al grupo de evangelización. Pero también es verdad, que hubo otras que aceptaron y pasaron a la Ermita. Mientras tanto, ante el Señor cantaban miembros del coro de la parroquia. Las canciones fueron muy sentidas y profundas.
Recogiendo un testimonio vivo de alguien que salió a Anunciarlo:
"Jesús está esperádonte", decía ella a quien se encontraba y, me decía a mí emocionada: " Es nuestra obligación no quedarnos esta alegría, suerte y gracia que se nos da al Conocerle. Darle y hacer amigos del Señor. Mover los corazones hacia el Corazón de Jesús que palpita en el Sagrario"; como decía la canción que el coro cantaba durante la exposición y evangelización.
Al terminar, compartimos testimonios sobre los momentos vividos:
En la calle encontramos Sed de Dios, Hambre de su Palabra, (que llevábamos en pequeños trocitos de papel que se les daba). "Como la Samaritana en el pozo de Sicar que se acerca a por agua y el Señor, que ya la está esperando, la pide a ella de beber, prometiéndola un agua que apagará para siempre su sed; dando testimonio de lo que el Señor ha hecho por ella, muchos creerán por su medio".
Nos escuchaban hambrientos. Alguno dijo no creer, pero en sus ojos se veía "esa sed de Él". Otros hubo que se quedaban pensando y te preguntaban: "¿Y ésto, para qué sirve? Y quien estaba al lado decía: "para cuando estés triste..." Sí, cuando nos fallan las fuerzas y cansados preguntamos el por qué de lo que me pasa, Jesús tiene una Palabra que me vuelve hacia Él y que haciéndome salir de mí mismo, me mueve a ponerme en Su Corazón para que Él lleve conmigo lo que me pesa. "Venid a Mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré".Mt, 11-28.
Todos juntos terminamos dando gracias a Dios y a la Virgen.
Maite Sánchez
Pilar García
