Charlas cuaresmales
Dentro del Cursillo de formación en Cuaresma, el miércoles
20 de febrero, ante una concurrida asistencia de público, Don Pablo
Ormazábal[1]
desarrolló el tema “Apología de una fe
razonable”.
En un ambiente distendido, D. Pablo Ormazábal nos hablo de
la razonabilidad de la fe, tema
complicado por la altura teológica del mismo, pero gracias a una labor de
acomodar los conceptos a un nivel de público más o menos profano en esta
materia, pudimos comprender que entre la fe y la razón no existe contradicción.
La fe es un don que Dios concede a todos los hombres y
nosotros asentimos con la razón a esa fe. El don de la fe implica una respuesta de quien lo
recibe desde su inteligencia, su voluntad y su libertad.
La fe es un modo humano de conocer. Así como nosotros nos
fiamos de lo que nos dicen otras personas, también nos fiamos de lo que Dios
nos trasmite, del modo más razonable, porque sabemos que Dios no se puede
engañar ni engañarnos, de lo contrario no sería Dios.
A la hora de creer en Dios, utilizamos nuestra inteligencia,
es decir, nuestra razón y también nuestra voluntad porque no solo creemos, sino
que también queremos creer.
La fe es cierta, porque se funda en la palabra de Dios que
no puede mentir, de tal modo, que su certeza es superior a la que percibimos
por nuestros sentidos. La fe es el conocimiento más verdadero que puede
alcanzar por ser revelación del Espíritu Santo.
El Fideismo: creer porque sí, no se necesita
razonar.
El Racionalismo: Solo puedo creer lo que comprenda
mi inteligencia.
El Emotivismo: Solo se cree en lo que emotiva. Uno
no puede dejarse llevar por la razón.
El Utilitarismo: Las cosas son buenas o malas en
función de la utilidad que producen.
La fe, no obstante, es un misterio. Dios no cabe en nuestra
inteligencia y por ello no podemos conocerlo por completo, pero la razón puede
acercarnos a la comprensión de Dios, por ello, la fe católica es razonable. Entre
la ciencia y la fe no hay contradicción porque la verdad es una sola y esa
verdad es Dios.
Terminó la charla con una serie de preguntas y respuestas,
creando algunos problemas en la comprensión del significado de la vida eterna
que, por su complejidad, no es nada fácil entenderlo. No obstante, creo que más
o menos se disolvieron las dudas.
Don Pablo aludió en su intervención a algunos puntos del Catecismo (153 a 159) y a la catequesis de Papa sobre la fe del día 25 de octubre: http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/audiences/2012/documents/hf_ben-xvi_aud_20121024_sp.html
[1]
D. Pablo
Ormazábal:Nacido en Guipúzcoa el 12 de septiembre de 1973. Ordenado sacerdote
en Alcalá de Henares por el Exmo. Rvdo. Don Manuel Ureña Pastor el 25 de
octubre de 1997.
Lema sacerdotal: “Nuestra
capacidad viene de Dios el cual nos capacitó para ser ministros de una Nueva
Alianza , no de la letra sino del Espíritu” (2Cor 3, 5).
Cargos: Secretario de don Mauel Ureña Pastor; coadjutor en San Juan
Evangelista de Torrejón de Ardoz; Párroco de San Maximiliano María Kolbe en
Rivas-Vaciamadrid y estudios de licenciatura de Derecho Canónico en la Facultad
de Salamanca; 1 año estudiando en Roma, terminando la licenciatura; Adscrito en
San Juan Evangelista de Torrejón de Ardoz y vicario judicial; párroco de la
Purificación de Nuestra Señora en San Fernando de Henares. Nombrado vicerrector
del Seminario Mayor el 28/07/2010.